Aquello
de alcanzar la calidad y la calidez humana, como uno de sus principales
objetivos al asumir la delegación del Issste en Baja California Sur, expresado
por el Dr. Ignacio Izquierdo Bravo, me pareció un excelente propósito.
Nos
encontrábamos en la barra de la cocina de su casa, pues me había invitado a desayunar
para pedirme que me integrara a lo que sería su equipo de trabajo delegacional
como titular de la unidad de Comunicación Social.
Le
dije que ya había establecido un compromiso con Leonel Cota Montaño para
acompañarlo en la presidencia municipal de La Paz y que por ese motivo también
había rechazado amablemente la invitación que me hiciera el Dr. Mario Rebolledo
Urcadiz para que le acompañara en ese mismo cargo, luego de que lo designaron
delegado después de haberse desempeñado en el CDE del PRI.
El
Dr. Izquierdo entendió el motivo de que no le aceptara su ofrecimiento, pero me
pidió que lo apoyara para lograr que su paso por la Delegación del Issste
dejara huella, sobre todo, logrando que el personal médico y de enfermería así
como el de administración, desempeñaran sus funciones con calidad y calidez.
Al
final de cuentas, parece que no lo logró del todo.
Y
pienso que ni colocando a Hércules en la titularidad de esa dependencia y otras
del sector salud, se lograría ese objetivo.
La
prestación del servicio médico en instituciones de salud del gobierno, está muy
burocratizada y así es difícil lograr esa meta.
Todo
esto viene a colación, porque esos casos que alcanzaron resonancia nacional
relacionados con mujeres que parieron a sus criaturas en el patio y en la recepción
de hospitales del sector salud y de aquel jornalero que se murió enfrente de un
hospital gubernamental en Sonora, son ejemplos dramáticos de que la calidez
esta muy lejana y que la única que muchos experimentan, es una mas relacionada
con la calidez del infierno.
Es
una incongruencia y una vergüenza que en pleno siglo XXI sucedan casos como
esos.
Si
bien es cierto que en las zonas serranas de las entidades del país, suele
ocurrir con frecuencia porque no se dispone de las instalaciones y los
instrumentos adecuados para la atención de las y los pacientes, es cierto, pero
que ocurra en ciudades donde se dispone de estas, no es aceptable.
Se
necesita mucha voluntad para evitarlo.
De
las autoridades, del personal, de todos.
No
basta con reaccionar en el momento en que ocurren los lamentables hechos y
despedir a los supuestos responsables.
Se
requiere que se exija, por un lado, que se cumpla cabalmente con las tareas que
tienen encomendadas quienes laboran para las instituciones médicas, pero que se
les den las herramientas necesarias para que cumplan bien.
Tal
vez entonces, se alcance no sólo la calidad, sino la calidez que se necesita.
¿No
cree usted?
La lectura es vida, lo demás…es
lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario