¿Hay manoteo, desvío y trácalas diversas en el reparto
de los fondos federales que van a los gobiernos estatales y a los municipales?
En el pasado mes de noviembre del año recién fenecido,
se habló del “moche” que, supuestamente legisladores federales pedían a los
presidentes municipales de diversas entidades del país, para asignarles mayores
partidas presupuestales.
Se hizo todo un escándalo, pero con el paso de los
días y con la llegada de las fiestas decembrinas, el asunto se fue diluyendo
como la aguanieve que cae en estas fechas en las zonas donde los termómetros se
van a la baja. Pero la semana pasada el alcalde panista de Celaya, Ismael Pérez
Ordaz, otra vez destapó la cloaca.
Ayer domingo, trascendió que el coordinador de la
bancada del PAN en el Senado de la República, José Luis Preciado dijo que el
alcalde es un cobarde porque no dio nombres de los legisladores.
Por la tarde-noche, Ernesto Cordero, quien aspira a la
dirigencia nacional de ese partido, dijo que el moche, podría financiar la
campaña por la reelección del actual presidente del CEN, Gustavo Madero.
Por esos días de noviembre, también se habló de casos
en los que servidores públicos federales hacían malabares con los presupuestos
asignados a sus respectivas dependencias.
Se dijo, del caso del ex secretario ejecutivo del
Sistema Nacional de Seguridad Pública, el panista Juan Miguel Alcántara Soria,
a quien el ex alcalde de Cuernavaca Morelos, Manuel Martínez Garrigós, acusó de
condicionar la entrega de recursos provenientes del Subsidio para la Seguridad
de los Municipios, el Subsemun.
Desde luego, el ex titular de esa dependencia federal
dijo que todo eran calumnias y que los recursos que a lo largo de seis años
manejó, se entregaron conforme a la normatividad.
Y como el ex alcalde de la capital del estado de
Morelos, resultó una fichita y además había sido militante del PRI, hasta que
lo expulsaron hace unas semanas, pues como que no debería dársele crédito a sus
acusaciones.
Pero el hecho es que sí hay manejo discrecional de los
recursos del erario federal.
Un amigo me comentó hace unos meses, que los equipos
de cómputo de la Delegación estatal de una Secretaría de Estado en BCS, eran
arrendados por un personaje con palancas y de seguro con complicidades durante
los gobiernos de Vicente Fox y de Felipe Calderón.
“Ya el arrendador anterior no está, pero según me
enteré, llegaron instrucciones de que desde la capital del país se van a
encargar de ese asunto para la operatividad del sistema cibernético de la
citada dependencia”, me comentó mi cuate.
Hace unas semanas, me llamó la atención el que varios
titulares de las diferentes áreas de Jefatura de una Delegación federal,
utilizan vehículos muy similares del año 2012 y, con lo metiche que es uno,
supe que esas unidades fueron adquiridas a un proveedor distribuidor de autos
nuevos asentado nada más ni nada menos que ¡en el estado de México!
Es muy probable, como suele suceder a veces, que los
meros jefes no se den cuenta de lo que hacen algunos de sus subordinados.
Insisto, no sería la primera vez que sucede.
Pero de que parte del dinero del erario federal que se destina a las tesorerías
estatales y municipales, se va quedando en el camino, ni duda cabe.
Bastaría con revisar los periódicos de los últimos 5 ó 10 años, para
confirmarlo.
¿No le parece?
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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