jueves, 6 de febrero de 2014

Temas y...¿deporte o qué?

Que yo recuerde, en estas casi 6 décadas de andar navegando por este mundo cruel, no he visto o sabido de una protesta contra el deporte del boxeo.
En cambio, por ejemplo, he visto varias y unas más recientes, en contra de la Tauromaquia, que en palabras más entendibles, significa corrida de toros, también llamada la fiesta brava.
De la Tauromaquia, se dice por un lado que es una especie de deporte y por el otro, que es un espectáculo, pero como quiera que sea y a pesar de la crueldad que su práctica pudiera encerrar, hay quienes opinan que debe continuar.
Esta actividad data de la edad de bronce y fue en el siglo XII cuando ya en España se inició más o menos como la conocemos actualmente, aunque hubo un periodo en que se lastimaba demasiado a los toros que participaban en el espectáculo.
Bueno, el tema quise centrarlo más bien en el boxeo, por la reciente muerte del boxeador mexicano Oscar González alias el Fantasma, quien falleció víctima de los golpes que le propinó su rival, Jesús Galicia el sábado uno de febrero próximo pasado  con lo que se elevó la estadística de muertes ocurridas en el encordado, tan sólo en la república mexicana a poco más de 50 pugilistas, aunque la cifra podría ser mayor porque no se tienen todos los registros.
En 2009, Omar Chávez, hijo de la leyenda del boxeo mexicano, Julio César Chávez, enfrentó en el ring a Marco Antonio Nazareth, quien días después del combate, falleció por un derrame cerebral.
En el 2008, Daniel Aguillón perdió la vida luego e enfrentarse a golpes contra Alejandro Sanabria, en el mismo escenario donde peleó su último combate Oscar González el Fantasma.
Habrá quienes digan que son miles y miles las peleas de box que se han llevado a cabo tanto en el sector amateur como en el profesional en nuestro país y que poco más de medio centenar de fallecimientos que se han registrado, son picatta minuta.
Y que además, los que practican ese deporte, saben perfectamente el riesgo que corren al enfrentarse a un rival.
Pero para los boxeadores que han tenido la desgracia de no sólo noquear a su rival en turno sino de enviarlo al otro mundo, no es nada fácil superar ese episodio.
El famoso boxeador cubano ex campeón mundial Ultiminio Ramos, dijo alguna vez que no era tan sencillo olvidar el haber dado muerte a un compañero de profesión, desde luego sin tener esa intención.
Su caso es el más dramático de todos porque a él le sucedió en dos ocasiones: en 1958 cuando derrotó y le provocó la muerte a su paisano, José Tigre Blanco y luego en 1963, cuando derrotó al estadounidense Davey Moore, quien a los días del combate, falleció.
El ex campeón mundial gallo, el mexicano Guadalupe Lupe Pintor, también vivió un episodio trágico en 1980, dos meses después de haber noqueado al galés Johnny Owen, quien murió por un coágulo en el cerebro.
Más atrás, el 4 de octubre de 1959, el gran José Becerra, mexicano ex campeón mundial gallo le provocó la muerte al norteamericano Walter Ingram y ese fatídico episodio, siempre lo atormentó, hasta su muerte e incluso lo llevó a retirarse del boxeo cuando todavía tenía mucho que dar.
Aquí en BCS, ese tipo de tragedias también la vivió ya a uno de los nuestros: Raúl Hirales, un boxeador del barrio de El Esterito, noqueó en octubre del 2012 a Francisco Franky Leal, quien falleció días después del combate.
Raúl, requirió del apoyo psicológico y de su familia para poder volver al boxeo, pero sin duda alguna que esa trágica muerte, será un pasaje de su vida como boxeador, que no podrá olvidar jamás.
¿Debería prohibirse el boxeo?
Usted tiene la respuesta.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx





No hay comentarios:

Publicar un comentario