¿Qué se sentirá ver morir lentamente a 300 personas?
Alguien dirá que 300, es un número pequeño de personas
que perdieron la vida, si se compara, por ejemplo, con las muertes humanas que
provocaron, por ejemplo, Adolfo Hitler durante la II Guerra Mundial, el
dictador soviético José Stalin durante su mandato en la ex Unión de Repúblicas
Soviéticas Socialistas y el serbio Radovan Karadzic durante la guerra de Bosnia.
La diferencia es que los personajes mencionados, personalmente
sólo vieron morir a unas cuantas de sus millones de víctimas.
¿De qué estamos hablando?
De que ese número de 300, que coincide, curiosamente
con el título de la película 300 sobre la epopeya de Espartaco, es la cantidad
de víctimas que han sido ejecutadas en el vecino país del norte y que han sido
vistas morir por el periodista gringo Michael Graczyk.
Durante una entrevista que concedió, vía correo
electrónico a un diario que se edita en la capital de nuestro país, el colega
Graczyk dice que, en realidad, no lleva la cuenta exacta de las personas que ha
visto morir luego de ser sentenciadas a la pena máxima, pero que al menos si es
seguro que son poco más de 300.
El dice que no siente remordimientos porque ese es su
trabajo.
Usted tal vez la pensaría en asistir a ver una escena
de esa naturaleza.
Pero él dice que es parte de las órdenes cotidianas
que se le asignan como corresponsal de la agencia AP, en Houston, Texas.
“Es irrelevante lo que yo piense sobre la pena de
muerte. Yo vengo aquí a hacer mi trabajo”, dijo Gaczyk.
El se dedica a escribir sus crónicas llenas de
detalles sobre lo que ve y escucha durante la ejecución, pero no suele buscar
el protagonismo periodístico: simple y sencillamente cumple con su labor de
reportero.
Una ocasión, le entró una llamada a su celular,
realizada por un reo antes de ser ejecutado y que no tenía ningún otro familiar
a quien realizar la última llamada.
Desde luego, la ejecución más reciente que observó
Michael Graczyk, fue la del paisano Edgar Tamayo quien murió en la famosa
prisión de Huntsville, Texas, luego de que le aplicaron una inyección letal.
La primera vez que nuestro personaje motivo del tema
de este día, vio morir a un reo ejecutado, fue en 1984 cuando fue enviado a
cubrir la ejecución de James Cowboy
Autry, un prisionero que había matado a una mujer al dispararle un balazo en
pleno rostro luego de una discusión por unas cervezas.
La pena de muerte sigue causando controversia, pues
para algunos es una forma cruel de privar de la vida a un ser humano, pero para
otros, sobre todo los familiares de las víctimas, es un justo castigo al crimen
cometido.
En 18 estados de la llamada Unión Americana, es decir
en el vecino país del norte, la pena de muerte ya se ha abolido, pero sigue
vigente en Texas, donde al menos, hay casi medio centenar de paisanos en lista
de espera para ser ejecutados.
¿Cuántas de esas ejecuciones serán narradas por
Michael Graczyk?
Eso es irrelevante, como diría el colega.
La lectura es vida, lo demás, es lo de
menos…hzr@prodigy.net.mx
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