jueves, 27 de marzo de 2014

Temas y...fomento a la lectura

Según las estadísticas, México es uno de los países donde se lee menos.
El dato podría no impresionar a muchas personas.
Pero es lamentable que apenas entre el uno y el cinco por ciento de la población mexicana lea periódicos o libros.
El porcentaje debería ser mayor.
Alguien dirá que, en esta época de las tecnologías de la comunicación, suena un tanto raro que se promueva la lectura de libros cuando estos están condenados a desaparecer.
Son una especie en extinción, como en su tiempo lo fueron los dinosaurios.
En efecto, eso va a ocurrir algún día, pero mientras este llega, deberíamos leer lo más que se pueda.
¿Es costosa la lectura de libros?
Tal vez en algunos casos, pero también hay maneras de acceder a ellos sin que se tenga que afectar al bolsillo, como son las bibliotecas, cada vez menos visitadas, precisamente por el avance de la tecnología.
El tema viene a colación porque leo que una empresa transnacional dedicada a la venta de hamburguesas aquí en nuestro país, en lugar de ofrecer la famosa cajita feliz con diversos juguetes a las niñas y niños que van a sus locales a consumirlas, ahora se les ofertará un paquete ¡de libros infantiles!
Sí, así como lo lee.
Es más, según la información, el programa debió iniciar el pasado 5 de febrero y si se ya se está aplicando, pues en horabuena.
Cabe subrayar que esta promoción se aplicó ya en Europa y los Estados Unidos de América donde se distribuyeron 20 mil ejemplares, que tal vez no sea una cantidad impresionante, pero que contribuye a la lectura.
Obviamente, habría que decir que los autores de los libros infantiles ofertados, son extranjeros, pero porque sus historias son las más conocidas, aunque podría darse la posibilidad de que en el futuro, aquí en nuestro país se oferten también obras literarias infantiles de autores nuestros.
Los duendes y el zapatero, de los hermanos Grimm, la ratita presumida, un cuento popular, El gigante egoísta, de Oscar Wilde, El traje nuevo del emperador, de Hans Christian Andersen, Piel de asno, de Charles Perrault, Heidi, de Juana Spyri, El ruiseñor y la rosa, de Oscar Wilde y El doctor sabelotodo, de los hermanos Grimm, son los ocho títulos que ya están en el paquete de la cajita feliz.
Es muy probable que los pequeñines se saquen de onda cuando se les diga lo que contiene ahora la cajita feliz y que no se interesen por ella, pero allí es donde se requiere que los padres de familia intenten interesarlos en la lectura, buscando la manera de convencerlos y de hacerles atractiva la oferta.
Incluso, recurrir al chantaje: hay hamburguesa, si acepta recibir la cajita con libros.
Dijo el poeta del pueblo que las letras no entran cuando se tiene hambre.
Pero en este caso, es algo muy diferente.
Y coincido con uno de los especialistas consultados para saber su opinión sobre este programa, quien dice que de esta manera se logrará mayor impacto que en el del objetivo del gobierno federal de que se fomente la lectura con esos spots en los que aparecen algunos artistas o personajes destacados mexicanos, con sus hijas e hijos.
Y si bien es cierto que ahora con la Internet se pueden conocer lugares, hechos y muchas otras cosas que a veces sólo se conocían a través de los libros, sigo creyendo que esa magia y ese algo tan especial que estos tienen, provocan una mejor sensación en las y los lectores.
Por eso yo siempre digo al término de esta modesta colaboración:
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx





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