Lo de los famosos moches
para apoyar a las y los presidentes municipales del país vía el Congreso de la
Unión, no es algo nuevo, pero ahora que se generó un nuevo escándalo en torno a
esta manera de gestionar recursos para obra pública, debe investigarse a fondo
y castigarse a los culpables, sean del color político que sean.
Como suele suceder, con empresas que se dedican a venderle servicios a
los gobiernos, ya sea federal, estatal o municipales, muchas de ellas son
Sociedades Anónimas en las que figuran socios que ni existen o que ni siquiera
saben que forman parte de estas.
Eso sucedió con la empresa Urichape, S.C., que supuestamente está
involucrada en los moches que se denunciaron en el estado de Guanajuato para la
asignación de recursos extraordinarios para obra pública y en los que, se dijo,
aparecían los nombres de personajes como el actual coordinador de la bancada
del PAN en la Cámara de Diputados del Congreso Federal, Luis Alberto Villarreal
García a quien, la Comisión Permanente exoneró de toda posible implicación en
el asunto, lo que es muy raro.
¿De verdad será una blanca palomita?
El que lo designó como coordinador de la bancada panista en la Cámara de
Diputados fue su amigo y protector, Gustavo Enrique Madero Muñoz.
¿Quiere decir entonces que en el asunto de los moches, hay cobro de
facturas por favores políticos?
Resulta que en una investigación que llevó a cabo un diario local de
León, Guanajuato, se estableció que los dos socios principales propietarios de
Urichape, S.C., son Liliana Verónica Uribe Ortega, una modesta obrera de una
fabrica de Bombardier que se ubica en el estado de México y quien dijo
desconocer esa situación argumentando que hace como 4 ó 5 años perdió su
credencial de elector y que probablemente le robaron su identidad.
El otro socio es Víctor Manuel Chávez Rivera, quien supuestamente vive
en una modesta casa ubicada en la colonia La Guadalupana Bicentenario en el
poblado de Huhuetoca, pero al tratar de entrevistarlo para pedirle su opinión
al respecto, no pudo ser localizado.
Como se sabe, al alcalde de Celaya los cabilderos que le ofrecieron
recursos extraordinarios, específicamente para obras de pavimentación le
condicionaron el apoyo a cambio de que contratara a la empresa Urichape, S.C.,
llevándose el 35 por ciento de comisión del total de la inversión, es decir
unos 56 millones de pesos de mochada.
¿Quién o quiénes están realmente atrás de Urichape?
Deben ser personajes de muy altos vuelos en la política mexicana y que,
seguramente, no es la primera vez ni el único caso en el que se ven
involucrados, pero no se les quiere tocar ni con el pétalo de una rosa.
Hay legisladores federales, sobre todo los que presiden comisiones en la
Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, que ven incrementadas sus cuentas
bancarias personales, producto de favores que le hacen ya sea a gobernadores de
los estados o a presidentes y presidentas municipales de diversas entidades del
país.
Otros más, lo hicieron en Legislaturas anteriores.
La semana pasada se habló también de que cabilderos cercanos al
coordinador de la bancada del PRI, Manlio Fabio Beltrones, se dedicaban a
exigir los moches a cambio de esos
recursos financieros extraordinarios.
Es muy probable que quienes andan exigiendo los moches no tengan el VoBo del ex gobernador de Sonora, pues no lo
creo tan tonto como para correr esos riesgos.
Sin embargo, la investigación debe realizarse a fondo y que no quede,
como en muchos otros casos y allí está lo de Oceanografía, asunto en el que
tanto el ex presidente Vicente Fox como su sucesor Felipe Calderón, se están
viendo salpicados.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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