Desde el 2004, el periodista
Miguel Badillo y su equipo de reporteros, principalmente Ana Lilia Pérez, en su
revista Contralínea, habían venido señalando con índice de fuego, una serie
de irregularidades cometidas por la empresa Oceanografía.
El prestigiado director de la
revista y su reportera – él, por cierto como reportero de un diario de circulación
nacional había sido el autor de la nota
que daba a conocer la trama del famoso Pemex Gate-, citaba hechos documentados
sobre las tropelías que cometía esa empresa en su relación con Petróleos
Mexicanos, pero sin que las autoridades federales hicieran algo al respecto.
Esa inacción de la justicia
radicaba en el hecho de que los hijos de la señora Martha Sahagún de Fox, Jorge
y Manuel Bribiesca así como un tío de estos, Guillermo Sahagún, se habían
convertido en intermediarios entre Oceanografía y Pemex para que se le
asignaran jugosos contratos a esa empresa que es propiedad de Amado Yáñez
Correa y algunos de sus hijos.
Incluso, el que el entonces
director general de Pemex, Luis Muñoz Leos le costó el cargo al no lograr que
se le adjudicara a Oceanografía un contrato por 164 millones de dólares para la
renta de una embarcación grúa de su propiedad que sería utilizada en las
operaciones de la sonda de Campeche.
En su lugar fue nombrado Luis
Ramírez Corzo, quien se venía desempeñando como director de Pemex Exploración y
Producción.
Se estima que la naviera recibió
unos 9 mil millones de pesos en contratos otorgados por Petróleos Mexicanos, no
obstante que otros proveedores de servicios similares a los que otorga
Oceanografía, ofrecían precios mucho más bajos.
La protección para Oceanografía
continuó durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, pero a un año de
iniciado el gobierno de priista Enrique Peña Nieto, se le acabó la suerte.
Si porque, como se difundió la
semana pasada, la Procuraduría General de la República aseguró a Oceanografía,
Sa.de C.V., por un fraude cercano a los 585 millones de dólares en créditos a
corto plazo y en los que los afectados son City Group y Banamex.
Según la información que se
divulgó al respecto, el fin de semana, Amado Yáñez Osuna es codueño del equipo
de futbol Gallos Blancos de Querétaro
y su socio, Martín Díaz Alvarez, está siendo investigado por lavado de dinero.
Alguna vez en este espacio le
comenté que Manuel Bribiesca a principios de la década de los 90´s se dedicaba
a recolectar vidrio, papel, cartón, plástico, metal y otros productos que
podían ser reciclados y que lo hacía a bordo de un vehículo destartalado.
Hoy tiene una súper residencia en
uno de los sectores donde viven personas con altos ingresos y ni quien diga
nada.
Como se puede ver, la impunidad
fue el manto que cubrió las actividades ilícitas de Oceanografía y algunos
miembros de la llamada familia presidencial, en este caso la relacionada con el
matrimonio Fox-Sahagún.
Por cierto, como le comenté en
este espacio hace algún tiempo, un personaje que estuvo muy cercano en el
despacho presidencial de quien gobernó a este país en el sexenio 2000-2006,
decidió dejar el cargo luego de que observó, en varias ocasiones, la manera en
que la señora Marta manejaba algunos
asuntos en cuyos expedientes salía un tufo a prácticas corruptas.
Finalmente, los hechos suscitados
la semana pasada en torno a Oceanografía, le dieron la razón a Miguel Badillo y
su staff de reporteros, los que por cierto han sido denunciados en varias
ocasiones por supuesta difamación e incluso amenazados en su integridad física,
por hacer ese tipo de periodismo de denuncia.
Como Oceanografía, hay muchas
otras empresas más que han hecho y siguen haciendo grandes negocios con
recursos que son del erario público.
¿Cuántas más, caerán en el
futuro?
Ya lo veremos.
La lectura es vida, lo demás, es
lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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