martes, 15 de abril de 2014

Temas y...para reflexionar

Como estos días, son de reflexión, el tema es apropiado:
¿Cuántas veces se ha visto en una especie de callejón sin salida?
¿Cuántas veces se ha sentido desesperado?
Sin duda alguna que su respuesta será, que en muchas ocasiones.
En estos tiempos de crisis, ¿no le desespera que el semáforo no activa la luz verde, cuando usted lleva prisa?
¿No le desespera que no llegue la quincena, para poder cobrar su salario?
¿No le desespera que las autoridades no le hagan caso a sus reclamos?
Cuando no cede una enfermedad ¿no se siente desesperado?
¿Se desespera porque sus hijos e hijas no le hacen caso?
Cuando va a su trabajo y el tráfico es intenso, sobre todo en las horas pico ¿no se desespera?
Seguramente que la respuesta es ¡SI!
Pero ¿qué es la desesperación?
He aquí tres definiciones:
1.-Pérdida total de la esperanza.
2.-Alteración del ánimo causado por cólera, impotencia o enojo.
3.- Persona o cosa que la causa.
Desde luego hay muchas más definiciones, como esa de tirarse de los pelos o casi volverse loco, pero sería largo enumerarlas y ese no es el objetivo del tema.
La idea es más bien intentar una reflexión, sobre algo que nos es tan cotidiano a los seres humanos.
El otro día viendo un adelanto (los gringos le llaman trailer) sobre una serie que empezaría a transmitir una prestigiosa cadena de televisión internacional, me llamó la atención una escena de la protagonista principal de esa serie quien le comenta a su atribulada tía lo desesperada que se siente porque las cosas no se dan como ella las había planeado o pensado, luego de que se muda a la gran ciudad después de vivir varios años en una pequeña comunidad.
Está totalmente desesperada, incluso, al borde del suicidio.
Entonces la tía mirando hacia la pecera que está frente a ellas le dice palabras más palabras menos:
“No te desesperes, aprende de los peces que están allí dentro, nunca pierden la calma, ellos no se desesperan a pesar de que están cautivos”. ¡Es cierto!
Pero no es tan fácil tener calma, tener paciencia y no desesperarse.
En teoría, todo funciona, pero en la práctica, se complica.
Seguramente usted ha escuchado la leyenda bíblica de la paciencia de Job, quien a pesar de sufrir una serie de calamidades personales, como una terrible enfermedad, siendo hombre rico se quedó en la miseria, perdió a toda su familia, pero a pesar de todo ello nunca se desesperó.
Y por ello se le utiliza como paradigma cuando se habla precisamente de la necesidad de ser pacientes. ¿De verdad nunca se desesperaría Job?
Según los pasajes bíblicos no y eso lo engrandeció más ante Dios.
Precisamente Santo Tomás de Aquino dijo al respecto que la desesperación nos paraliza porque nos aparta de los auxilios que Jesús nos ofrece.
Así es que cuando llegue la desesperación, recuerde lo de los peces dentro de la pecera y la historia sobre la paciencia de Job. ¿No le parece...?
La lectura es vida, lo demás...es lo de menos...hzr@prodigy.net.mx 






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