El tema ya se ha abordado en este espacio, pero no
deja de ser interesante.
¿A los cuantos años se puede considerar que una
persona es vieja?
Todo depende del cristal con que se mire.
Hace unos meses, el presidente Barack Obama dijo al
llegar a los 51 años que ya sentía los achaques de la vejez y que por ello dejó
de practicar el basquetbol, deporte al que es un gran aficionado desde que
residía en Chicago donde los Toros de Michael Jordan ganaron 6 campeonatos de
la NBA.
Pero caray, llegar al medio siglo de vida, no
significa que se es viejo.
Claro que esa frase de que hay viejos jóvenes y
jóvenes viejos está vigente, pero a la edad del presidente de los Estados Unidos
de América, todavía se es bilógicamente joven.
Jane Fonda, la gran actriz norteamericana, por ejemplo
dice que a los 76 años, ya oye pasos en
la azotea.
Ella escribió un artículo en la Internet en el aborda
el tema de su edad, sus emociones y la muerte.
¿La muerte?
La Fonda sabe que conforme va llegando la llamada edad
avanzada, el ser humano va presintiendo que se acerca su final, ese que el gran
cantautor canadiense Paul Anka dice que lo esperará serenamente.
“Con la edad, puedo apreciar la belleza en las cosas
pequeñas, más que cuando era joven, quizás porque ahora prestó más atención”,
dijo Jane Fonda.
Tiene razón.
Al extraordinario director de cine mexicano, Arturo
Risptein en una entrevista que le hicieron en febrero con motivo de la entrega
de la Medalla Bellas Artes por el mérito cinematográfico, habló del tema:
¿Envidia algo del joven Risptein?
-La edad. Se pueden hacer muchas cosas.
Es feo llegar a viejo, pero como alguien dice: es más
feo no llegar.
Pero algo se gana con la edad, le dice la entrevistadora.
-Si, los achaques, los gastos médicos mayores, el
abandono y la indiferencia.
Curiosamente, Risptein habla de los achaques a los que
hace alusión Barack Obama, pero el gran cineasta mexicano ya ronda los 80 años
de edad.
Y todavía está deseoso de seguir dirigiendo.
Finalmente, citaré lo que a su vez, dijo el gran
histrión Ignacio López Tarso sobre el tema, durante la entrega del premio
Honoris Causa por la Universidad de Guadalajara en 2013:
"No le tengo miedo a la muerte, le tengo miedo a
esa manera de morir, la muerte se que va a llegar y mientras más tiempo pasa
más cerca estoy de eso, a los 88 años ya ves la muerte muy cerca”.
Habría que recordar que López Tarso ya murió una
ocasión: en la extraordinaria película Macario,
de Roberto Gavaldón basada en la no menos sensacional novela de B. Traven en la
que el protagonista se enreda con la muerte de tal manera que al final la
huesuda dama se lo lleva a sus dominios.
Pero allí sigue vivito y coleando, además de que está
trabajando en lo que es una de sus pasiones: el teatro.
Y ya le anda pegando a los 90.
¡Viejos los cerros y todavía reverdecen!
La lectura es vida, lo demás… es lo de menos… hzr@prodigy.net.mx
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