Dado el oficio que desempeño, debería estar satisfecho
por la existencia del Instituto Federal de Acceso a la Información el IFAI.
Y debo reconocer, incluso que gracias a este, pude
obtener el dictamen técnico del accidente registrado aquel 4 de junio de 1967
que le costó la vida, entre otros personajes, como Rafael El Pelón Osuna, al exgobernador de Tabasco
y exdirigente nacional del PRI, Carlos Madrazo Pintado.
En 2004 el Diario Reforma intentó que se lo
proporcionara el IFAI, pero no lo logró.
Bien, a lo que voy es que no deberíamos haber llegado
a la necesidad de crear un órgano que se encargue de informar a la ciudadanía
en general, no sólo al gremio periodísticos en todos sus géneros, sobre las
acciones del gobierno federal.
Eso es sólo burocracia y, la verdad, el IFAI está
costando un ojo de la cara, como se dice vulgarmente, al Erario federal.
En febrero pasado, los integrantes de ese cuerpo
colegiado comparecieron ante los integrantes del Senado de la República quienes
los cuestionaron duramente por todo lo que ha ocurrido en torno al IFAI.
Hubo críticas, por ejemplo, a la gran cantidad de
viajes que al menos dos de sus integrantes, las consejeras Sigrid Arzt y María
Elena Pérez-Jaen, han realizado al extranjero con un alto costo para esa
dependencia.
Ellas se defendieron argumentando que como son las
únicas del Consejo que hablan inglés, era casi, casi obligado ir a otras partes
del mundo, aunque la verdad de las cosas, yo me pregunto ¿a que?
Y no es que esté en contra de la globalización ni nada
parecido, pero caray, en un país como el nuestro donde no deberíamos darnos el
lujo de despilfarrar los recursos económicos, como que se manda un mensaje
equivocado.
Como se sabe, en todas las entidades y el DF existen
también los institutos locales que son una copia exacta del IFAI, pero que
también representan un gasto oneroso para los erarios estatales y que deberían
informar sobre cuántas peticiones de información reciben a diario, cada semana,
cada mes o cada año.
Si los gobiernos operan con los recursos financieros y
económicos que provienen de la recaudación fiscal que a su vez genera la
sociedad en su conjunto, se supone que tienen la obligación de informar veraz y
con transparencia cómo y en qué se aplican.
No debería haber, entonces, intermediarios como el
IFAI.
Insisto: que bueno que a través de esta institución se
pueda acceder a información oficial que normalmente no fluye, pero creo que,
siendo el nuestro un país democrático no tiene porque asumir actitudes que lo
acercan, en ese sentido, a los regímenes autoritarios.
La opacidad en el manejo de los recursos públicos,
sigue imperando.
Hace unos días leía que el Senado de la República se
empeña en no informar a la Auditoría Superior de la Federación que pertenece al
Congreso de la Unión, del que forma parte la Cámara de Senadores, sobre el
destino de unos mil millones de pesos que se supone se les entregaron a los
senadores que dejaron el cargo en el 2012 y a los que los relevaron.
¿Cuánto le cuestan a los dos niveles de gobierno, los
organismos encargados de informar por esa vía?
Sería bueno empezar por allí.
¡O se las tendrán que ver con el IFAI!
La lectura es vida, lo demás…es lo de
menos…hzr@prodigy.net.mx
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