domingo, 22 de junio de 2014

Temas y...muchas viviendas, peroooooo

México es uno de los países que enfrenta un gran déficit de viviendas de interés social, pero, contradictoriamente, una cuarta parte de las que existen, es decir un 25 por ciento están, ¡desocupada
Esos datos los proporcionó hace unos días el Banco Interamericano de Desarrollo y son una muestra fehaciente de que en política viviendística, en este país andamos mal, muy mal.
Tan mal, que las grandes empresas constructoras en el ámbito nacional, enfrentan serios problemas de liquidez y más de una de ellas está al borde la quiebra a un paso del concurso mercantil.
¿Qué es lo que pasa?
El problema es complejo y abordarlo a fondo requeriría de expertos en el tema y de mucho más espacio que esta modesta columna, por lo que únicamente me remito a un análisis muy superficial, o mejor dicho, a comentar lo que me parece son errores que han cometido los gobiernos en política de vivienda de interés social.
Y tal vez más que errores en sí, creo que lo que ha permeado para que estemos en problemas en el sector de la construcción de la vivienda de interés social, es algo que todos conocemos y que es un cáncer que corroe a la mayoría de las dependencias del gobierno en sus tres niveles: corrupción.
El caso más notorio fue en el pasado sexenio, y no se trata de echarle tierra a los que gobernaron y ya se fueron, sino de ubicar en su justa dimensión el problema: al aprobarse la construcción de miles de viviendas en áreas alejadas de los centros urbanos esas son las que ahora aparecen en mayor número en la estadística de ese 25 por ciento de casas desocupadas.
Incluso ha habido sobreoferta.
Según los datos que dio a conocer el BID, por ejemplo, en el año 2009 se autorizaron 900 mil créditos para construcción de viviendas de interés social a través de los organismos gubernamentales que tienen esos programas,  mientras que la demanda de nuevos hogares ese año, se ubicó en unos 600 mil
Todas las grandes empresas constructoras del país empezaron a desarrollar vivienda en zonas de muy bajo costo el metro cuadrado de la tierra, pero sin urbanización y dar esos servicios, representaba la erogación de grandes cantidades de dinero para los inversionistas.
Además, la mala calidad de esas viviendas las convirtió en nada atractivas para los potenciales compradores.
Casos como estos, aquí en Baja California Sur, hay varios.
Eso por un lado: por el otro, hay que resaltar la insuficiencia de recursos financieros para los derechohabientes que pueden comprar una casa vía crédito hipotecario, principalmente en el Infonavit.
En la entidad hay entre 35 y 45 mil jefes de familia o trabajadores con derecho a un crédito de Infonavit que no pueden ejercerlo porque no les alcanza para adquirir la vivienda de interés social más modesta que ya supera los 300 mil pesos.
Así las cosas, mientras miles de familias esperan obtener una vivienda digna, vía crédito hipotecario, existen miles que no son habitadas y que se están deteriorando y representaía mayor gasto el rehabilitarlas.
Por cierto, le estoy siguiendo la huella a un asunto inmobiliario en el que se presume están involucrados ciertos personajes ligados al gobierno y que estarían lavando dinero con la compra-venta o renta, de viviendas, en una zona de interés social.
Ya se sabrá de quién o quiénes se trata y si hay o no irregularidades en el asunto.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx



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