Alguien dijo por allí, que México es un país de
ocurrencias.
Que por ello estamos tan jodidos y tan atrasados en
todos los sentidos.
¿Debemos Sentirnos optimistas con aquello de que para
el 2030 alcanzaremos el nivel de los países que lideran a la OCDE?
Nos pasamos 20 años peleando sin que nuestros
supuestos representantes populares pudieran ponerse de acuerdo en aquellos
temas torales para consolidar el desarrollo en todos los órdenes y ahora que
desde el año pasado por fin de alcanzó un acuerdo al respecto, hoy varios meses
después, andamos otras vez agarrados de las greñas.
¿Qué nos pasa?
Desmenuzar las causas es complejo y además es tarea de
los expertos en el tema.
Yo sólo me pregunto si los mexicanos no podemos
ponernos de acuerdo y caminar en un solo rumbo, aquel que marca la brújula del
desarrollo y el progreso para todos.
¿La culpa será acaso de la partidocracia, que se ha
adueñado de las decisiones en este país?
Podría ser.
Lo malo es que los partidos políticos no son
representativos ni son, realmente, los que canalizan las aspiraciones
ciudadanas.
Actúan más bien con oportunismo, como se ha visto en
el conflicto surgido allá en el DF con las nuevas disposiciones del Hoy no
Circula.
Y luego, no planeamos o lo hacemos muy mal.
En este espacio dije hace meses que si la tendencia
tecnológica conectada con el campo de las computadoras apuntaba a que las de
escritorio y portátiles serían desplazadas por las ahora llamadas tabletas
digitales, la Secretaría de Educación Pública debía dejar a un lado su programa
de dotar de computadoras latops a los alumnos de primaria y sustituirlo con las
nuevas herramientas cibernéticas.
Las licitaciones para la compra de 250 mil latops se
publicaron y luego surgieron algunas irregularidades que pusieron en evidencia
que las cosas no se apegaron a la legalidad.
En marzo, la SEP lanzó otra licitación para la compra
de casi un millón de tabletas para alumnos de 5to y 6to grados de cuatro o
cinco entidades del país.
Ahora lo más probable es que las latops se consideren
obsoletas y se tengan que comprar tabletas para los que resultaron beneficiados
con el primer programa computacional.
Y mire usted, he aquí el siguiente ejemplo de que no
planeamos bien las cosas:
Sólo unas cuantas universidades e instituciones de
educación profesional están considerando preparar a sus alumnos que cursan la
carrera de abogado, en lo relativo a los juicios orales.
Hay que recordar que esta nueva disposición en la
impartición de justicia en México estará vigente a partir del 2016, es decir a
la vuelta de la esquina.
¿Qué va a pasar?
Que habrá muy pocos profesionistas del Derecho con la
preparación suficiente para atender los casos de juicios orales que se
requieran a partir de entonces.
Y ello podría dar al traste con esta buena decisión de
que la justicia sea, ahora sí, más expedita y que se castigue al culpable pero
se libere al inocente.
¿O no?
La lectura es vida, lo demás…es lo de
menos…hzr@prodigy.net.mx
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