El jueves 21 de
agosto, cuando la secretaria general del CEN del PRI, la exgobernadora de
Yucatán, Ivonne Araceli Ortega Pacheco estuvo con nosotros en las oficinas del
diario El Sudcaliforniano abordó el
tema de la equidad de género.
Habló de lo que este
ha representado para las mujeres mexicanas de estos tiempos y de las
dificultades, que al igual que otras muchas mujeres, ella misma afrontó al
iniciarse muy joven en la lucha política allá en su estado natal.
A los 26 años, fue
electa presidenta municipal de su nativo Dzemul; en el 2001 llegó al Congreso
del Estado; en 2003 fue electa diputada federal; en el 2006 llegó como
integrante del Senado de la República por la vía de la primera minoría y en
2007 fue electa gobernadora de Yucatán.
Una carrera meteórica
sin duda alguna, pero que no ha dejado de tener sus destellos de
discriminación, precisamente por ser mujer.
Curiosamente, la
primera mujer diputada local en México fue Elvia Carrillo Puerto, hermana del
exgobernador de Yucatán Felipe Carrillo Puerto y la primera presidenta
municipal del país fue la yucateca, Rosa Torres González.
Pero no fue nada fácil
para esas dos representantes del llamado sexo débil, que de débil no tiene
nada, haber alcanzado esos cargos de elección popular. Habría que recordar que
el derecho a votar para las mujeres mexicanas se autorizó hasta el periodo
presidencial del licenciado Adolfo Ruiz Cortines en 1953 y votaron por primera
vez en 1955.
Desde luego que las
trabas para que las mujeres despunten en la política, e incluso en otros campos
del quehacer humano, no es privativa de México.
Y sería ocioso decir
que hay países en que las mujeres son un cero a la izquierda, que no
representan nada, más que estadística y una fábrica de hacer seres humanos, y
punto.
En su charla con
nosotros, la exgobernadora de Yucatán hizo énfasis en que lo que debe
prevalecer en este asunto de la equidad de género es la capacidad, es decir que
se debe elegir, en el caso de los cargos de elección popular y en todos los
demás, a una mujer o un hombre, en base a su capacidad y no a la cuestión del
género en sí mismo.
En ello, Ivonne Ortega
Pacheco coincide con la opinión de una de las dos únicas mujeres con el rango
de general en el ejército de los Estados Unidos de Norteamérica: Gwen Bingham.
La destacada militar
dice que si se puede dar la oportunidad a 10, a 100 mujeres de hacer el
trabajo, muchos quedarán sorprendidos de lo que pueden hacer. Pero que primero
hay que pensar positivamente y darles la oportunidad. “Si no les dan esa
oportunidad, nunca se podrán dar cuenta de que pueden ser exitosas”, dice la
señora Bingham quien, al igual que Ivonne Araceli, es esposa y madre de
familia.
Al hablar de las
vicisitudes que enfrentó en la lucha electoral, la política yucateca no hizo
alusión a la campaña sucia que sus opositores emprendieron contra ella cuando
compitió por la gubernatura de Yucatán, buscando que desistiera de su empeño,
pero no lo consiguieron.
La hoy secretaria
general del CEN del PRI se había fijado dos objetivos en ese entonces: vencer a
sus adversarios políticos en la arena electoral y también a la báscula ya que
al término de la contienda había perdido más de 20 kilogramos de peso.
En un símil con
Estados Unidos de América, ella no ve lejana la fecha en que una mujer pueda
gobernar a México como podría suceder en el vecino país del norte donde pueden
ser gobernados, a partir de 2016, por Hilary Clinton, quien sería también la
primera mujer presidenta de esa poderosa nación.
Finalmente, Ivonne
Araceli Ortega Pacheco de una cosa está segura: del empoderamiento que en este
nuevo siglo y nuevo milenio, están teniendo las mujeres mexicanas.
La lectura es vida, lo
demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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