martes, 26 de agosto de 2014

Temas y...el que es buen juez...

¿Conocerán nuestros ministros, jueces y magistrados judiciales, aquello de que el que es buen juez por su casa empieza?
Lo pregunto porque los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y los consejeros de la Judicatura Federal, rechazan dar a conocer a la opinión pública, su situación económica.
Todos ellos han insistido en que no tienen por qué hacer públicas sus declaraciones patrimoniales.
Uno de los argumentos que se han esgrimido y que también beneficia a los servidores públicos de los tres niveles de gobierno, es que, si se hacen públicas sus propiedades o bienes, podrían correr riesgos de secuestro y acciones del crimen organizado.
Eso pesó en la decisión que tomó la SCJN, precisamente el año pasado avaló la negativa de que los 500 integrantes de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, hicieran públicas sus declaraciones patrimoniales.
Podría asistirles la razón.
Pero yo considero que al hacerlas públicas, sus declaraciones patrimoniales no tendrían por qué incluir los datos precisos donde se ubican sus propiedades.
Y ellos insistirán en que, precisamente al mostrarlas públicamente quedarían expuestos, es decir vulnerables al crimen organizado.
Surge una interrogante:
¿Los servidores públicos referidos incluirán todos sus bienes y propiedades en las declaraciones patrimoniales que presentan ante la instancia correspondiente?
No lo podemos afirmar, pero lo más probable es que NO.
No hay que olvidar que al fin y al cabo quienes llevan el control de las declaraciones patrimoniales son personas físicas y que les podría dar la tentación de filtrar esos datos para evidenciar a alguien señalándolo de enriquecimiento inexplicable.
México, como nación, tiene uno de los índices más bajos en lo que a transparencia y rendición de cuentas se refiere.
De hecho, eso de la rendición de cuentas es puro blá, blá, blá.
Y lo curioso del caso es que quienes están más obligados a ser transparentes busquen ocultarse tras una espesa cortina, impenetrable para el ciudadano común.
Hace unos días, el tema de la publicación de las declaraciones patrimoniales volvió a ser abordado por la SCJN y la decisión no ha variado:
Se mantiene la opacidad en aras de la protección a nuestros servidores públicos.
¿Lograremos invertir los papeles algún día?
Se ve difícil.
A menos que se legisle sobre la materia, pero se cae en un círculo vicioso: los que tienen que aprobar las leyes no son partidarios de la rendición de cuentas y de la transparencia.
Y los que tienen que aplicar la justicia al respecto, tampoco.
Para desgracia nuestra.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx




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