Obviamente no lo sé, pero siempre me he preguntado qué
sentirán las y los estudiantes que viajan a la capital del país a saludar y
conocer personalmente al Presidente de la República, en turno.
Se trata, desde luego, de quienes más destacaron en
todo el territorio nacional y ahora participan quienes participan en la
Olimpiada del Conocimiento.
Si mi hija Paulette hubiera asistido, no seguiría con
la duda. Ella estuvo a punto de ir cuando terminaba la educación primaria, pero
no alcanzó a prepararse a fondo para los exámenes que le darían el pase a esa
ceremonia en la que se saluda al Presidente de México.
Claro que basta y sobra con que yo se lo pregunte a una
jovencita o jovencito que han tenido esa oportunidad de saludar y conocer
personalmente al primer magistrado del país en turno y saldré de mi duda, pero
no es esa la intención de este artículo.
A lo que quiero ir, es a hacer un cuestionamiento y a
la vez una sugerencia:
Ni duda cabe que el ciudadano o ciudadana que ocupe el
cargo de titular del Poder Ejecutivo Federal en México, es la persona más
importante del país.
Y que tiene múltiples tareas que cumplir, las que
están establecidas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Pero he revisado una y otra vez esas obligaciones y no
he encontrado referencia alguna a que el ciudadano Presidente o la ciudadana Presidenta,
están obligados a vestir elegantes trajes todos los días y a todas horas.
Es cierto que no todo el tiempo, quienes ya lo ha
desempeñado y quien está ahora ocupando ese cargo, utilizan ropa de etiqueta,
pero sí lo hacen cuando hay ceremonias como la de la visita de los alumnos y
alumnas destacadas de todo el país al Palacio Nacional para conocer al inquilino
de más alto rango de ese histórico edificio, allá en la capital de la
república.
Y está bien que el ciudadano Presidente, en este caso,
vista de etiqueta para la ocasión así como el titular de la SEP y otros
distinguidos ciudadanos y ciudadanas que son invitados a la ceremonia.
Pero ¿por qué todas y todos los alumnos que asisten de
todo el país, tienen que ir encorsetados, ellas en traje sastre y ellos en
trajes de etiqueta que la verdad a algunos les quedan grandes y que pienso que
los deben hacer sentirse incómodos, pues habrá muchos que en su vida se habían
vestido de esa manera?
Se ven todas y todos muy elegantes y hay quienes hasta
parecen artistas, pero más de uno habrá sentido que se asfixiaba y me pregunto
¿por qué no dejar que vayan con su ropa habitual e incluso, con la vestimenta
que suelen utilizar a diario, quienes provienen de regiones indígenas y de
poblados rurales?
Ese sería un mensaje de humildad y les reforzaría
aquello de que siempre se comporten con autenticidad, porque como dice el
refrán “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.
He visto en muchas ceremonias oficiales al señor
presidente de Uruguay, don José Mujica y no recuerdo alguna, en la que
asistiera enfundado en un elegante y bien cortado traje, es más ni siquiera con
corbata.
Creo que ello no demerita en lo absoluto, su calidad
de primer mandatario de aquel país sudamericano y además, es una muestra de
congruencia pues siempre ha sido un hombre sencillo y humano.
Por esa razón, digo que tampoco a nuestras alumnas y
alumnos más destacados del país, les demerita en lo absoluto, el que vayan
vestidos como cotidianamente lo hacen, incluso hasta con sus uniformes
escolares a conocer personalmente al ciudadano Presidente de los Estados Unidos
Mexicanos, en turno. ¿No cree usted?
La lectura es vida, lo demás…es lo de
menos…hzr@prodigy.net.mx
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