Que la antigua Basílica
de la Virgen de Guadalupe allá en el Distrito Federal se hunde cada año
determinada cantidad de centímetros, no es novedad.
Que el Palacio de
Bellas Artes, también se hunde anualmente, tampoco porque ambos, son edificios
que tienen muchos años de haber sido construido, más desde luego el edificio de
lo que fue el santuario mariano más importante de América Latina.
Pero que la terminal 2
del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la ciudad de México se esté
hundiendo 30 centímetros al año, es un dato que casi no se sabía.
Echense ese trompo a
la uña.
¿Y quién cree usted
que construyó esa obra?
Debe haberle atinado:
la empresa Gutsa, la misma que se vio involucrada en el escándalo de la estela
de luz y más anteriormente, en la Autopista del Sol, ambas con costos millonarios
y de una calidad que deja mucho que desear.
Algunos dirán que
muchos de los edificios que existen en la mancha urbana capitalina tienden a
hundirse por las condiciones del terreno.
Es cierto.
Pero en el caso de la
T-2 del AICM, el meollo del asunto es otro: la corrupción.
Sí, porque con todo y
que sea tan común que haya hundimientos de construcciones en varias áreas del
DF, lo de la terminal aérea es otra cosa.
Habría que subrayar
que en la construcción de esa obra aeroportuaria no sólo intervino la empresa
Gutsa, sino también Ingenieros Civiles Asociados, ICA que tuvo un gran
prestigio cuando la dirigió don Bernardo Quintana padre y que llegó a ser algo
así como el emblema de las constructoras mexicanas que competían con otros
grandes consorcios extranjeros.
Según una información
reciente sobre el problema en la T-2 del Aeropuerto Internacional Benito
Juárez, se dice que las autoridades encargadas de todas las instalaciones de
esa terminal aérea, han recurrido a rampas, zoclos y grava para ocultar los
desniveles que ya se aprecian por el hundimiento.
Esa obra costó
millones de pesos que salieron del Erario por lo que no se puede caer en la
indiferencia y dejar las cosas como están.
Hay que establecer
quiénes son los responsables y a qué tipo de sanciones administrativas se hacen
acreedores.
Que no se de aquello
de que habría que añadir este expediente al archivo de las estadísticas de
obras mal hechas y en las que se ha invertido mucho dinero que es propiedad de
nosotros los contribuyentes.
¿Cuántas más habrá que
estén en una situación un tanto similar a las obras de la T-2 del AICM?
Seguramente muchas y
lo más probable es que no pase nada.
Hay que recordar que a
Gutsa ya la habían sancionado las autoridades federales por los problemas en la
Autopista del Sol que fue un verdadero fiasco y que terminó costando el triple
de lo que se había presupuestado originalmente.
Algo similar a lo
sucedido con la estela de luz, aunque en este asunto el hilo se rompió por lo
más delgado pues fueron sancionados servidores públicos de cuarto nivel.
Lo que se necesita
aplicar la justicia y punto.
¿Hasta cuándo?
Buena pregunta.
La lectura es vida, lo
demás… es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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