¿Cree usted que es digno el salario mínimo en México? Dentro de 3 años, se
estarán cumpliendo los primeros 100 años de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos que fue promulgada el 5 de febrero de 1917.
Y si bien no estamos
en vísperas de celebrar un aniversario de ese acontecimiento, el tema viene a
colación porque a pesar de que a menos de mil días de que se cumpla el primer
centenario de nuestra llamada Carta Magna, todavía hay asignaturas pendientes
con respecto a los objetivos que los constituyentes se fijaron cuando la
aprobaron en aquella jornada histórica legislativa celebrada en la ciudad de Querétaro.
Uno de esos objetivos
que no se han hecho realidad, conforme al articulado que establece la
Constitución del país, es el relativo a los salarios que deben obtener quienes
venden su fuerza de trabajo.
Veamos lo que dice el
artículo 123, al respecto:
“Los salarios mínimos
generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de
un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a
la educación obligatoria de los hijos”.
Es obvio que no puedo
saber si en aquellos primeros años que siguieron a la promulgación de la
Constitución General de la República, el salario mínimo vigente alcanzaba a
satisfacer lo señalado por ese precepto constitucional.
Porque, desde que
escuché por primera vez lo de salario mínimo, hace ya más de 4 décadas hasta
este octubre del 2014, no he sabido que los sueldos estipulados en base a la
normatividad que establece la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos,
alcancen para que los trabajadores, que perciben esos ingresos, puedan ser
autosuficientes en sus gastos familiares.
Es más, tome nota del
siguiente dato: el salario mínimo real vigente en 1994, es decir hace 20 años,
era del orden de los 78.84 pesos diarios y el de una de las dos zonas en que se
divide el país ahora, es de 57 pesos con
71 centavos.
Esto significa que en
lugar de avanzar en ese objetivo que establece como derecho constitucional el
artículo 123 de nuestra Carta Magna, hemos retrocedido.
En estos días,
precisamente, se ha levantado la polémica porque tanto el jefe de gobierno del
Distrito Federal, Miguel Angel Mancera Aguayo como el dirigente nacional del
PAN, con licencia, Gustavo Enrique Madero Muñoz desplegaron las banderas por la
reivindicación del salario mínimo.
El primero,
proponiendo que se aumente paulatinamente hasta alcanzar, en un periodo de 10
años, casi el centenar de pesos diarios y el segundo llevando la propuesta de
si deben continuar o no los salarios mínimos, mediante consulta ciudadana que
pretende aplicarse en junio del 2015.
Desde luego que al
respecto, se han dividido las opiniones y mientras algunos aducen que sí es
posible incrementar sueldos para mejorar el salario mínimo lo que generaría
mayor consumo y por ende mayor producción y más ventas, otros argumentan que
sería inflacionario y que provocaría una crisis en el sector empresarial y en
consecuencia en el laboral con serias repercusiones en la sociedad entera.
Yo, en lo personal, no
estaría a favor ni de una ni de otra, sino, simple y sencillamente, que se haga
realidad lo que establece la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos en su artículo 123.
Y que la Comisión
Nacional de los Salarios Mínimos, que por cierto paga a quienes se desempeñan
como empleados de esa dependencia del gobierno federal, salarios máximos,
desaparezca de una vez por todas.
¿O usted qué opina?
La lectura es vida, lo
demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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