La primera vez que
escuché su nombre, tuve la impresión de que se trataba de un personaje
arrogante y engreído, pero resulta que don Jorge Saldaña no era como lo pintaban.
En mi pueblito de
madera no había señal de televisión abierta y sólo escuché hablar de él a través
de la radio y su voz en alguno de sus programas.
Pasaron algunos años y
en esa época, no parecía normal que un jovencillo que empezaba a dejar atrás la
adolescencia, se interesara por un programa “aburrido” como aquel de Sopa de Letras que transmitía el Canal
13 que era propiedad, entonces, del gobierno federal, pero ávido de conocer el
significado de las palabras, sobre todo aquellas que me sonaban, un tanto
raras, ese programa de don Jorge Saldaña que formaba parte de los Sábados con Saldaña, me atrapó y cuantas
veces tuve oportunidad, lo disfruté.
Allí escuché los
versos rimados del vate veracruzano, el gran epigramista Francisco Pancho Liguori.
Supe de la sapiencia
de don Ernesto de la Peña, un hombre sabio como pocos en este país en el que
los seres humanos de luces, no son tan abundantes. También, la sabiduría y
conocimientos del lenguaje, de Arrigo Coen Anitúa quien fue hijo de la mezzosoprano Fanny Anitúa,
una de las glorias del bell canto, nativa de Durango.
Por Sopa de Letras, desfilaron, Pedro Brull,
Carlos Laguna, Mario Méndez Acosta, Felipe San José González (autor de
Enriquezca su vocabulario en Selecciones del Reader´s Digest donde nació mi
afición por la lectura), Alfonso Torres Lemus, Gabriel del Río, Otto Raúl
González, Leonardo French y otros destacados intelectuales y estudiosos de la
lingüística, el uso correcto del lenguaje y su significado.
Dado que no eran
programas de entretenimiento y por ende tan rentables para las empresas, los que
conducía don Jorge fueron desapareciendo de la televisión y luego le perdí la
huella hasta que hace 2 años supe que trabajaba para la televisión estatal de
su natal, Veracruz.
También me gustaba ver
su programa Nostalgia en el que
participaban artistas de la vieja época de la música mexicana y más
recientemente veía su programa los domingos en Canal 11, Añoranzas, de formato similar al anterior.
Al escucharlo,
confirmaba aquello de que “recordar es vivir”.
Don Jorge Isaac
Saldaña Hernández, fue cronista, locutor, compositor y escritor además de
cantante y un hombre polémico, contestatario, crítico mordaz , irreverente y tal
vez, hasta intolerante, pero con la ignorancia y quien no se ceñía a los
dictados del oficialismo que imperaba en los tiempos en que sus programas se
transmitían por la televisión mexicana, lo que le generó varios problemas
laborales, pero siempre mantuvo la verticalidad y la congruencia.
Hace poco tiempo, me
enteré que don Jorge era el padre de Jimena Saldaña, la asistente personal de
nuestro presidente de la Organización Editorial Mexicana, la OEM don Mario
Vázquez Raña, corporativo empresarial al que pertenece El Sudcaliforniano y a quienes tuve el privilegio de conocer
personalmente cuando ambos estuvieron en esta ciudad capital para reinaugurar
las obras de remodelación del edificio en el que se edita nuestro diario.
Entonces comprendí, de
dónde le viene esa inteligencia y esa capacidad que tiene Jimena: herencia
genética de su señor padre.
El pasado 30 de
octubre, a los 83 años de edad, don Jorge emprendió el camino sin retorno que
todos los seres humanos habremos de transitar en algún momento y se fue dejando
huella de su fructífero paso por esta vida y muy gratos recuerdos de su
existencia. Mi sentido pésame a Jimena Saldaña.
La lectura es vida, lo
demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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