A principios del mes
de diciembre del año pasado, un diario de circulación nacional identificado con
los grupos progresistas del país publicó una nota informativa que llamó mi
atención.
Habla de la existencia
del sociólogo cubanoestadounidense Gustavo Rodríguez Ramírez y su teoría de
sembrar el caos.
Rodríguez Ramírez es
el principal impulsor de la tendencia informal anarquista que, según el diario
en cuestión, se han convertido en los lineamientos de algunos anarquistas de la
capital del país.
“Llevar el caos y la
destrucción hasta sus últimas consecuencias”, es la divisa del pensamiento de
este cubanoestadounidense quien vivió en México desde 1990 y fue deportado en
enero del 2014.
Se le llegó a
identificar como un presunto agente de la Agencia Central de Inteligencia, la
CIA del país vecino, pero él se defendió alegando que la versión había sido una
treta de los hermanos Fidel y Raúl que gobiernan en Cuba, para desacreditarlo.
En noviembre del 2012,
Rodríguez Ramírez propuso que se eliminara al candidato progresista (léase
Andrés López) con claras intenciones de provocar a sus seguidores y así detonar
una insurrección generalizada y por ende, llevar al caos al país.
Incluso cuando lo del
surgimiento del EZLN y todo lo que gravitó en torno a ese suceso del 94, dice
el inspirador del caos total que le propuso al subcomandante Marcos que
ejecutaran al obispo Samuel Ruiz para provocar la reacción iracunda de los
fieles que lo seguían.
Los anarquistas, según
el pensamiento de este personaje, no lucha por transformar al mundo ni por
hacerlo más justo ni por cambiar de manos de poder, sino para destruirlo,
simple y sencillamente.
Por eso vemos a esos
jóvenes con el rostro cubierto y asumiéndose como anarquistas contaminando las
marchas pacíficas de protesta social que se realizan allá en la capital del
país, provocando destrozos y agrediendo a las fuerzas del orden.
Y, precisamente, luego
de que se han presentado esas acciones de vandalismo y agresión, ha corrido la
versión de que pudiera tratarse de infiltrados que manipula el propio gobierno
federal para desacreditar a los movimientos sociales de protesta.
Desde luego, no es tan
descabellado esgrimir esa posibilidad porque ya en épocas pasadas se dieron ese
tipo de estrategias, pero al conocer las propuestas de Gustavo Rodríguez
Ramírez, tendríamos que pensar seriamente en que los jóvenes de ambos sexos que
destrozan edificios públicos, fachadas de negocios diversos y agreden a quienes
quieren someterlos al orden, sí pertenecen a ese grupo que se inspira en el
pensamiento del cubanoestadounidense.
En este espacio he
dicho que estoy a favor de que las personas de este país se manifiesten con
libertad absoluta y que exijan, critiquen y reclamen porque están en su justo
derecho.
Pero no comparto que
generando violencia, se pueda acabar con la violencia ni con los problemas que
afectan a las mayorías de este país.
Dice el clásico que
después de la política viene la guerra, pero debemos seguir apostándole al
diálogo y la concertación, civilizados para seguir siendo una nación
democrática, libre, justa y plural.
¿No cree usted?
La lectura es vida, lo
demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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