Durante la última década, México ha caído en una espiral de violencia tal que a estas alturas ya no se sabe quiénes son los buenos y quiénes los malos.
Sabemos, desde luego, que los guardianes del orden son, en esencia los buenos y los que transgreden las leyes los malos.
Pero cuando leemos noticias relacionadas con acciones de los buenos que son malas, nos confundimos.
El mismo día que inició el operativo Conago 1 en todo el país para combatir al crimen organizado, en Cárdenas Tabasco en dos humildes hogares velaban a dos campesinos víctimas de la violencia que vive el país.
Según la información generada, cinco cortadores de caña viajaban a bordo de una vieja camioneta en esa ciudad tabasqueña y por ir todos apretujados en la cabina del vehículo se pasaron un alto lo que provocó que una patrulla de la policía municipal los persiguió lo que a su vez provocó que una patrulla con elementos policiacos federales a bordo también participara en la persecución por la carretera Villahermosa-Coatzacoalcos.
El problema fue que los federales activaron sus armas disparando al vehículo en fuga y dieron muerte instantánea a uno de los labriegos y herido de muerte a otro más, quien murió desangrado en la carretera.
Uno de los que viajaban a bordo de la vieja camioneta relató los hechos y dijo que los policías federales sacaron al herido de muerte y lo arrojaron contra el asfalto en lugar de prestarle auxilio. Durante 40 minutos estuvo agonizando.
No cometieron ningún delito grave.
Sólo una infracción al reglamento de Tránsito pues los cinco labriegos se pasaron la luz roja en un semáforo.
Eso le costó la vida a dos de ellos.
¿Por qué les dispararon?
Los policías federales argumentarán en su defensa que pensaron que eran unos delincuentes peligrosos y que por ello utilizaron sus armas para que se detuvieran.
Con haber disparado al aire sería más que suficiente.
Pero no fue así.
Uno de los muertos era un joven de apenas 18 años que apenas había terminado la secundaria y quería enrolarse en el ejército para poder mantener a su esposa y su hija.
El otro, de 35 años de edad dejó en la orfandad a cuatro hijas.
Con este crimen, los buenos se volvieron malos.
Por eso digo que uno se confunde.
Aplaudo que se combate al crimen organizado.
Que el Estado cumpla con la obligación primaria que tiene para con quienes conformamos la sociedad.
En eso estamos de acuerdo.
Que nuestros guardianes del orden, cumplan con su deber.
Que combatan a los criminales.
Pero que no por tener licencia para matar, cometan estas barbaridades.
¿O usted, qué opina?
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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