Si quienes escribimos columnas políticas debemos ser críticos objetivos, también, debemos ser propositivos.
Por ello, ante los sucesos vividos estos primeros seis meses del presente año y que continuarán al menos hasta el uno de diciembre próximo, me permito proponer lo siguiente:
Que en el futuro, no haya candidatos que se dediquen a recorrer la república mexicana en busca del voto popular.
Que no se les asigne un centavo partido por la mitad a los partidos políticos para campañas presidenciales.
Que los candidatos participen en debates semanales durante el tiempo que duren las campañas políticas y que no superen los tres meses de duración.
Que no se sature de spots por la televisión y la radio, sino que sean, sí equitativos, pero no en cifras millonarias y apabullantes.
Que se utilice la Internet y las redes sociales para difundir todo lo relacionado con los candidatos.
Creo que de esa manera se evitaría caer en los vicios que no se han podido erradicar durante las campañas presidenciales, en lo que corresponde a lo que se gasta en las mismas.
Eso sí: que se aplique la ley a fondo y sin contemplaciones para que se puedan dar contiendas equitativas. Que no haya flexibilidad en la autoridad competente.
¿Usted cree que, únicamente el PRI coacciona el voto?
De ninguna manera: todos los partidos lo hacen.
Son prácticas que no se han podido erradicar y que le siguen haciendo daño a la democracia.
No se puede engañar a la ciudadanía con datos falsos sobre supuestas irregularidades en los procesos electorales.
La semana pasada platicando con el empresario local Ramiro Mendoza, se sorprendió cuando le dije que las casillas electorales inician la votación mucho después de las 8 de la mañana que es cuando deben abrir, porque primero todos los representantes de los partidos políticos tienen que firmar las boletas electorales.
Eso significa que ya no se puede hacer aquello de la operación carrusel en la que se llevaba a la urna una boleta cruzada por determinado partido y luego el votante regresaba con la que le daban en la mesa de votación en blanco para comprobar que había cumplido con lo ordenado.
Ahora, los que pierden las elecciones hablan de otras formas de fraguar el fraude, pero las pruebas que se presentan no son lo contundentes que debieran ser.
Insisto: todos esos vicios que no se han podido erradicar terminarían si la actividad de los candidatos presidenciales se circunscribe a mirarlos y escucharlos en los medios audiovisuales y también que publicaran artículos en los medios escritos para conocer sus posturas, proyectos políticos y propuestas.
De todas maneras si usted va a un mitin político con la intención de saludar de mano al o la candidata presidencial, es algo que sólo podría ocurrir de milagro.
Cuando el entonces precandidato a diputado federal plurinominal José Antonio Valdivia le preguntó allá afuera del Teatro Degollado al gran Jefe, José Luis Lamadrid Souza, que cómo haría campaña para diputado federal plurinominal siendo Guadalajara una ciudad tan grande, este dijo que sólo se limitaría a mandar mensajes por la TV y la radio.
No ocupaba más.
Suena a la mejor un tanto arrogante, pero eso deberían hacer nuestras y nuestros candidatos presidenciales para evitar tanto gasto y tanto problema.
¿No cree usted?
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx
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