domingo, 29 de agosto de 2010

Temas y...¿austeridad?

Ya con más de tres décadas siendo la piel de los políticos, no puedo negar la importancia que tiene el Congreso de la Unión, para nosotros los mexicanos.
Por cierto, vuelvo a preguntar: ¿Por qué si se denomina Congreso de la Unión, las cámaras de Senadores y de Diputados que lo integran están separadas?
Podrá haber una y mil justificaciones, pero el hecho es que diputados y senadores están separados en sus quehaceres legislativos.
Y precisamente el tema está relacionado con ellos, específicamente con los diputados federales que se autorizaron cambiar el sistema electrónico de votación y la compra de una flotilla de 100 vehículos nuevos para presidentes de comisiones, los grupos parlamentarios y servidores públicos de San Lázaro con cargos directivos.
No estoy en contra de la modernización de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Estoy en contra de que, en plena crisis, cuando el llamado del gobierno federal es a que todos nos ajustemos más aún el cinturón, nuestros legisladores federales se despachen con la cuchara grande y se den el lujo de esos gastos millonarios que bien podrían emplearse en otras cosas más urgentes, como apoyar al Fondo Nacional para Desastres Naturales, el FONDEN y así aliviar un poco la pena de todas aquellas familias que se han visto afectadas por los desastres provocados por las lluvias en diferentes entidades del país.
Por cierto, el dueto Los Huizapoles, que son un par de cómicos que divulgan el folclore sudcaliforniano con todo y el modito de hablar de nuestros rancheros, cuentan un chiste relacionado con el FONDEN.
Dicen que una ocasión en que azotó un fuerte huracán a Baja California Sur, lo que motivó que el entonces presidente Vicente Fox visitara la entidad para evaluar los daños, le dijo al entonces gobernador Leonel Efraín Cota Montaño, con su característico tiple de voz:
“Ya te vi, pinche güerito, que andas llenando con pipadas los arroyos pa´ que te de más recursos del FONDEN”.
Bueno, el caso es que cuando leí hace unos días la información de lo que pasa allá en San Lázaro, sede de la cámara baja del Poder Legislativo Federal, me provocó indignación.
No puedo entender por qué nuestros legisladores federales no son tan solidarios con quienes los llevamos a ocupar los cargos de elección popular que están ejerciendo.
Además de las compras millonarias citadas, se habla de que para el próximo ejercicio, el presupuesto de la Cámara de Diputados se incrementará en un 14.5 por ciento, lo que representa un porcentaje tres veces mayor a la inflación.
Probablemente el sistema de votación electrónica de ese cuerpo colegiado ya esté obsoleto.
De acuerdo.
Pero lo que enfatizo, es que no es el momento de hacer esos gastos millonarios cuando la crisis nos tiene a todos, bueno mejor dicho casi a todos, con el agua hasta al cuello.
Además, ya sabemos cómo se las gastan: seguramente que algún pariente, socio, amigo o compadre de alguno de los integrantes de la Junta de Coordinación Política que es la que da la luz verde para los gastos, se llevarán la tajada del león con la venta de esos aparatos sofisticados y de los vehículos nuevos que tendrán un costo de 25 millones de pesos.
Ese dinero mejor debería ir a fortalecer los recursos del Seguro Popular o de algún otro programa de beneficio social o del FONDEN, insisto.
Pero esto es como predicar en el desierto.
Sin Embargo si no levantamos la voz y exigimos que las cosas cambien, no va a suceder.
No hay que perder la fe.
Recordemos que una gota de agua constante, horada la dura piedra.
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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