Como me gustaría leer una noticia en la que se diga que nuestros legisladores federales en lugar de estarse peleando por la reforma laboral, estuvieran analizando, discutiendo y tomando decisiones con respecto a las miserables pensiones a que tenemos derechos los trabajadores mexicanos.
Hace unos días, el nobel reportero de esta casa editorial Irack Fernando Jiménez, entrevistó a un pensionado que en una silla de ruedas vende dulces en las afueras del paradero del mercado Madero de esta ciudad capital, para poder sobrevivir porque su miserable pensión de 500 pesos mensuales no le alcanza ni para alimentarse.
Nuestros senadores y diputados federales llevan ya varios años discutiendo la reforma laboral.
Hace unos meses, cuando entrevisté al secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón allá en Los Cabos en los albores de las campañas electorales que desembocaron en el 6 de febrero, me dijo con optimismo que veía enormes posibilidades de que en diciembre pasado se aprobara la reforma que el gobierno federal envió al Congreso de la Unión.
Ya estamos casi a mediados de abril, y no se ha aprobado y como dijo don Teofilito, ni se aprobará nunca.
Los del PRI ya tienen también su propuesta de reforma y no se van a dejar que los de la oposición les impongan condiciones.
Y lo mismo sucede con los legisladores y legisladoras del PRD.
Los del PRI no quieren que se toque ni con el pétalo de una rosa a los sindicatos.
Generadores eternos de votos, como aquellos votos verdes de los campesinos en épocas pasadas, los del tricolor no quieren provocar molestias a Joaquín Gamboa Pascoe y a Isaías González Cuevas, líderes nacionales de la CTM y la CROC, los del PAN no quieren que se afecte a los patrones y los del PRD quieren que se les ajusten las tuercas a patrones y líderes sindicales.
Y allí están, más enredados que el queso de Oaxaca.
¿Por cuánto tiempo más?
No lo se, pero me late que por muchos años más.
Ya dijo Jesús Silva Herzog-Flores que desde que entró a la Facultad de Economía de la UNAM ya escuchaba hablar de la Reforma Fiscal y a 50 años de distancia todavía no se concreta.
Y mientras tanto leo con angustia que todos aquellos trabajadores que entraron al sistema de pensiones vía cuentas individuales, las llamadas AFORES tendrán pensiones miserables cuando se jubilen, inferiores al 50 por ciento de sus sueldos y salarios actuales.
Pensionados como ese señor que vende chicles en silla de ruedas, hay muchos en el país.
Y su número, seguirá creciendo mientras que nuestros diputados federales y senadores de la república que ganan unos sueldazos de miedo y tendrán unas excelentes pensiones como los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, allí seguirán enfrascados en discusiones estériles que a nada conducen.
¿No le da rabia?
A mi sí, pero ¿qué hacemos?
Aquí en México es más importante saber quién será el candidato presidencial ya no para el 2012 que eso casi está decidido, sino para el 2018 y luego el 2024 y así sucesivamente.
Eso sólo se acabará cuando nuestros legisladores federales se pongan las pilas y se preocupen por nosotros los ciudadanos de a pie. Mientras no ocurra así, ¡nanay!
La lectura es vida, lo demás…es de lo menos…hzr@prodigy.net.mx
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