martes, 17 de mayo de 2011

Temas y...!Ah, la justicia!

La obligación primaria del Estado es la protección de la integridad física y de los bienes de los ciudadanos que componen el tejido social.
Pero ¿qué pasa cuando el Estado ya no cumple esa obligación fundamental?
Sucede lo que pasó hace unos días en la comunidad de Cherán en el estado de Michoacán donde sus pobladores al ver que nadie ponía un alto a los talamontes que acababan con el patrimonio de ellos y de sus hijos, hicieron justicia por propia mano.
Los vecinos se armaron de lo que pudieron para frenar el descarado saqueo de los recursos forestales de esa comunidad que se venía dando desde hace años a manos de verdaderos rufianes que actuaban en complicidad con autoridades de los tres niveles de gobierno.
No creo que la solución a los problemas sociales, como el caso de Cherán sea el de que los ciudadanos busquen hacer justicia por sí mismos.
Para ello en nuestro país existen los tribunales.
O las corporaciones de seguridad encargadas de velar porque se respeten las leyes.
El problema es que la corrupción, el influyentismo y la impunidad campean en ellas y los más afectados suelen ser los ciudadanos de a pie.
Los habitantes de Cherán ya estaban hartos de que ninguna autoridad escuchara sus reclamos.
Veían con impotencia como sus recursos naturales se agotaban paulatinamente sin que pudiera detenerse esa acción criminal.
Hasta que decidieron, como Fuenteovejuna, tomar la justicia por su propia mano y enfrentar con valentía, incluso a costa de sus vidas, a los criminales talamontes.
México vive episodios que convulsionan a la sociedad y que, en muchos casos, dejan en indefensión a sus integrantes.
Entiendo el esfuerzo que hace el gobierno federal por enfrentar al crimen organizado.
Pero se necesita que se actúe con firmeza en todos aquellos asuntos que como el del aprovechamiento ilícito de los bosques de Cherán, se dan en muchos sitios del país entero.
No podemos permitir que se caiga en el caos y en la ingobernabilidad.
No queremos más episodios donde impere la barbarie y no la ley.
México no es un Estado fallido, estamos de acuerdo, pero corre el riesgo inminente de serlo.
Allí están las narcofosas de San Fernando y las de la capital de Durango.
Urge también que mejore nuestro sistema Judicial.
Leo con asombro, por ejemplo que de un total de 200 aspirantes a jueces en el Distrito Federal, únicamente 3 pasaron el examen a que fueron sometidos.
Esos tres, según un consejero de la Judicatura, fueron aprobados para cubrir 25 plazas que necesitan a un juzgador.
No puede ser.
La aplicación de la justicia no puede estar en manos de improvisados.
Urge capacitación y actualización sobre las leyes a nuestros juzgadores.
Además que tiene que ser pronta y expedita.
Pero no sólo en el discurso sino en los hechos.
Tenemos que ponernos las pilas, todos, y dejar atrás esta lamentable condición.
¿No cree usted?
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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