domingo, 1 de julio de 2012

Temas y...las ideas

A finales de la década de los 80`s, cuando se empezaron a popularizar los aparatos llamados Fax, un día se me prendió el foco y concebí la idea de aprovechar esas máquinas que parecían propias de un acto de magia, para establecer una especie de tiendas virtuales a fin de que las personas ya no fueran a las tiendas normales, al menos en lo relativo a una sin número de productos, a realizar sus tradicionales compras.



Mi idea consistía en financiar la compra de un aparato faccisímil a familias de clase media alta y alta con el cual podrían realizar sus pedidos a la tienda virtual, de algunos insumos que no requerían de seleccionarlos personalmente.


Me explico: latería, embutidos, cosméticos, sodas, papel, conservas y otros más que no necesariamente tendrían que seleccionarse en el súper, por los consumidores.


El problema era el dinero para el financiamiento de los equipos y, obviamente para construir la tienda o almacén virtual.


Con el paso de los años y al avance de las tecnologías, el fax pasó a la historia y ahora se sigue utilizando pero ya con mucho menos frecuencia que en aquellos años.


Lo que costaba un facsímil cuando recién salieron a la venta, andaba en rangos de 4 mil a 6 mil dólares por unidad.


A finales de la década de los 90´s, el precio se desplomó hasta los 200 o menos dólares.


Lo anterior viene a colación porque la semana pasada leí una nota interesante en la sección de negocios de un diario que se edita en la capital del país.


En ella se daba a conocer que la cadena Walmart, a través de Superama, había arrancado la venta virtual de productos.


La empresa, instaló un módulo dentro de su tienda ubicada en la Plaza Antara de la colonia Polanco del Distrito Federal en la que sus clientes que así lo deseen, podrán adquirir hasta 400 productos en anaqueles virtuales sin necesidad de acudir a la negociación y si lo desea, recibirlos en la puerta de su casa.


Tengo entendido que esto no es algo novedoso pues ya se aplica en otros países, pero en México es la primera vez que este tipo de supermercados operan.


Y es, precisamente, más o menos la misma idea que concebí para aplicarla con los aparatos Fax.


Pero sin dinero no baila el perro y me quedé chiflando y en la loma.


El legendario profesor Carlos Hank González dijo alguna vez que político pobre, pobre político y yo diría que inventor pobre, pobre inventor.


También pensé en unos voladores de Papantla inalámbricos, pero en esto se me adelantaron los chinos que todo lo clonan y ya los tienen disponibles por si se ofrece.


Hace años, concebí la idea de fabricar un vidrio que aprovechara la luz solar y la convirtiera en energía para hacer edificios autosustentables, pero sin dinero no dancing the dog y ahora ese tipo de material ya es una realidad.


Para participar en las compras del supermercado, los clientes deben tener un Smartphone o una tableta electrónica con Internet, descargando la aplicación APP gratuita que ofrece Superama.


Para la generación Twitter esta nueva manera comprar en el super no debe representar una novedad puesto que ellos ya están familiarizados con la tecnología, pero para quienes desde niños conocimos la tradicional tienda de abarrotes, es algo como de otro mundo.


Como cosa de marcianos.


¡Y lo que está por venir en el campo de las tecnologías!


La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx






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