domingo, 2 de septiembre de 2012

Temas y...¿disyuntiva?

Hoy, cuando el país necesita urgentemente del acuerdo y la suma de esfuerzos, negros nubarrones se perfilan en el horizonte político luego de la conclusión del proceso electoral presidencial del pasado uno de julio.


Recordando a don Jesús Reyes-Heroles con aquella frase de que “más vale la fuerza de la política que la política de la fuerza”, debemos pugnar porque está se lleve a la práctica y en lugar de la confrontación estéril que a nadie beneficia, se busque dialogar y encontrar coincidencias más que diferencias para avanzar en la ruta que el país necesita transitar para superar los grandes desafíos que representa un México con más de 110 millones de mexicanos y mexicanas.

Entiendo la molestia que provocó en Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores el fallo que emitió el pasado viernes el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con respecto al resultado de la elección presidencial en la que Enrique Peña Nieto resultó triunfador, de acuerdo al cómputo que realizaron los magistrados y al análisis y discusión jurisdiccional del proceso de impugnación que presentó el Movimiento Progresista.

Tienen todo el derecho a inconformarse por esa decisión unánime. Incluso a manifestarse, pero pacíficamente, respetando los derechos de terceros, como lo establece la ley.

Pero también están obligados a respetar lo que la ley establece al respecto en cuanto a que el fallo del TEPJF es definitivo e inatacable.

Es decir, ya no hay más instancias, al menos en el país, a las que se pueda recurrir para seguir impugnando el proceso.

¿Por qué Andrés Manuel firmó el pacto de civilidad en el que se comprometía a respetar el resultado de las elecciones presidenciales y legislativas del domingo uno de julio próximo pasado, que también firmaron Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto y Gabriel Quadri de la Torre, si no pensaba respetarlo?

Quienes hemos seguido la trayectoria del ex jefe de gobierno del Distrito Federal, muy respetable y reconocida, sabemos que no cumple ese tipo de compromisos.

Prácticamente rumbo al proceso electoral del 2006 en el que también fue candidato presidencial abanderado por la coalición Por el Bien de Todos, también firmó un pacto de civilidad y como sabemos, no lo cumplió.

Ahora, luego del fallo el TEPJF sobre el proceso electoral presidencial en el que de nuevo ocupó el segundo lugar, Andrés Manuel López Obrador, molesto, hizo un llamado a la resistencia civil y convocó a sus seguidores a manifestarse en el zócalo de la ciudad de México el próximo 9 de septiembre donde se definirá la estrategia a seguir para los siguientes días, semanas y tal vez meses.

Alguna ocasión en este mismo espacio le dije que en Andrés Manuel López Obrador parecía reencarnar el espíritu de Nicolás Zúñiga y Miranda, un mexicano que buscó ser presidente de la república en los tiempos en que gobernaba don Porfirio Díaz y a quien se enfrentó cada vez que el vilipendiado personaje oaxaqueño fue a las urnas a reelegirse.

¿Irá por la revancha en el 2018 López Obrador? Todo parece indicar que sí.

Mientras tanto, le recordamos a él y sus seguidores que el gran Mao Tse Tung dijo alguna vez que la política es una guerra sin derramamiento de sangre y que la guerra, es una política ensangrentada.

Y estoy seguro que la mayoría de los mexicanos y mexicanas no queremos esto último para el país pues por ello poco más de 50 millones fuimos a las urnas y de estos, casi 32 millones no votaron por el proyecto del controvertido tabasqueño.

Los números no mienten.

¿O sí?

La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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