jueves, 9 de mayo de 2013

Temas y...!por mi madre bohemios!

Pocas veces coincide el 10 de Mayo con uno de los días de la publicación de Temas y sucesos.


Esta ocasión, coincidió que este viernes, cuando este modesto espacio se publica, es el Día de las Madres y por ello decidí abordar el tema, sobre todo, como un homenaje a mi progenitora que ya ronda los 95 años.

Y a esa edad, ella ha soportado las fuertísimas aplicaciones de quimioterapia, porque resulta que le fue detectado un quiste en uno de sus senos y no fue nada fácil que la familia se decidiera por autorizar el tratamiento para paliar los posibles efectos de una enfermedad tan devastadora y cruel como es el cáncer de mama.

A sus años, los propios especialistas consideraban que sería muy duro y doloroso someterla a las aplicaciones de la quimioterapia, pero ella tenía derecho a seguir viviendo sin ese problema en los umbrales del centenario de su existencia.

Un día después de que le habían aplicado la octava quimioterapia a principios de año, hablé con ella y si bien le noté la voz un tanto cansada, me dijo que se sentía fuerte y que estaba afrontando su problema con una enorme fe en Dios a quien se ha entregado plenamente en las últimas 4 décadas de su existencia. Otras mujeres con menos años que ella, para desgracia de sus familias, han sucumbido y perdido la batalla contra el cáncer.

A pesar del tratamiento, la escuché lúcida como siempre y con una extraordinaria memoria.

Ese ejemplo de valentía y fortaleza espiritual que nos ha dado nuestra madre, es algo digno de valorarse y que sirva como aliciente para cuando enfrentemos las adversidades propias de la existencia.

A las madres, debemos valorarlas en la justa dimensión de lo que ellas representan, pues simplemente si no existieran, nosotros tampoco existiríamos.

Desde luego que la fecha es propicia para expresarle todo el amor y la admiración que siento por mi madre, pero la verdad es que siempre ha habido un reconocimiento de mi parte, a esas ganas por vivir, a ese aferrarse a la vida y sobre todo, al inmenso amor que ella ha sentido por quienes somos sus hijos e hijas y desde luego, por los nietos, biznietos y ahora, tataranietos.

Recuerdo que en mi niñez, cuando la Tía Chayo organizaba los festivales del Día de las Madres en la escuela que tenía a su cargo, allá en mi pueblito de madera, presentaba algunos bailables, esketches o el tradicional Brindis del Bohemio que si bien recrea una reunión de amigos cuando fenece el año, solía representarse en el 10 de Mayo por lo que dice de las madres y en el que alguna vez me tocó encarnar a Arturo, el bohemio puro, de noble corazón y gran cabeza. (¿Sería yucateco?)

Y en esta fecha tan especial, quisiera escribirle en este espacio tantas cosas bonitas a mi madre, pero admito que no tengo la capacidad del poeta ni la facilidad del buen escribidor.

Decirle, que en lo más profundo de mis sentimientos, su grácil figura estará siempre presente como un recuerdo perenne.

Por último, sólo le digo a Doña Bochito (Ambrosía) que Dios la guarde muchos años más y que siga siendo un paradigma para todos nosotros, que sea como esa luz al final del túnel, como el faro costero que habrá de guiarnos siempre, hacia puerto seguro y que al mismo tiempo, nos de fortaleza espiritual y ánimo cuando estemos a punto de zozobrar o desfallecer.

¡Felicidades!

La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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