jueves, 28 de noviembre de 2013

Temas y...¿don Heladio?

El sábado 21 de septiembre, un diario de circulación nacional difundió una fotografía tomada la noche del viernes 13 de septiembre en Chilpancingo, capital del estado de Guerrero.
En ella se ve al gobernador de esa entidad, Angel Heladio Aguirre Rivero festejando alegremente con  mariachi, tequila, mezcal y antojitos mexicanos, la conmemoración del Bicentenario del Primer Congreso de Anáhuac.
Ese día, inician las Fiestas Patrias y se conmemora el sacrificio de los Niños Héroes de Chapultepec.
El mismo diario en mención, publico el día 23 de septiembre, una fotografía tomada en la inundada población de Tixtla y en la que aparece el mandatario guerrerense con las pestilentes aguas negras casi hasta el cuello y siendo entrevistado por un reportero de Televisa.
La imagen, que fue difundida por la oficina de prensa del Gobierno de Guerrero, llevaba implícita la intención de demostrarle a la opinión publica nacional que el gobernador Angel Helado, es un político preocupado por los problemas y las desgracias que estaban viviendo sus paisanos con motivo de las fuertes lluvias que dejo ese matrimonio de la naturaleza que escenificaron Manuel e Ingrid en plenas Fiestas Patrias.
En efecto, en la foto de Tixtla, Guerrero, el gobernador se veía preocupado, pero en la de Chilpancingo de la noche del 13 de septiembre se miraba preocupedo.
Y si la fotografía de Tixtla mandaba el mensaje de la gran preocupación del primer mandatario de Guerrero por la situación grave que enfrentaba la entidad que mal gobierna, la fotografía de Chilpancingo enviaba el mensaje de que al ciudadano jefe del Ejecutivo estatal le importaba un pito lo que pudiera pasar con la presencia de Manuel e Ingrid, en el territorio que desgobierna.
De seguro, debe haber pensado cuando le mencionaron estos nombres, que se trataba de una pareja de recién casados que había ido de viaje de bodas al internacional destino turístico, Acapulco y que por lo tanto, no habría mayores complicaciones.
Pero la tragedia fue de grandes proporciones.
De Cientos, de miles de damnificados y muchos de ellos lo perdieron todo: papeles, casa, carros, ropa, enseres domésticos, etcétera.
Y el ciudadano gobernador lo único que perdió, fue la vergüenza.
Si los guerrerenses votaron en su mayoría para que el fuera el titular del Poder Ejecutivo Estatal, él tiene la obligación de velar por la seguridad y la integridad física de todos y cada uno de ellos.
Cuando menos, creo yo, debió haberse disculpado y no asistir a esa celebración del viernes 13, que ya de por si es una fecha fatídica, para estar pendiente el personalmente de la evolución de la tormenta y el huracán que, en un caso que ocurría en los últimos 50 años se dio con las consecuencias que ya todos conocemos.
Pero don Angel Heladio, creo que le hace más honor a su segundo nombre (por aquello de las chelas heladas) que a sus obligaciones como autoridad.
¿No cree usted?
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx





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