jueves, 12 de diciembre de 2013

Temas y...!Feliz Navidad y Año Nuevo!

Como esta es la última columna de Temas y sucesos, correspondiente al año que termina, decidí recordar lo que aquí se escribió en este espacio hace unos años por estas fechas:
“Durante una visita de funcionarios de la Embajada de Canadá en México, a un centro de atención a niños con cáncer ubicado en la capital del país, a una niña de apenas 6 años le preguntaron qué le pediría a Santaclós y su respuesta fue la siguiente:
“Le pediría unas alas para salir volando de este lugar”.
En esa expresión salida de lo más recóndito de su alma, esa niña estaba deseando poder “escapar” de aquel infierno.
No porque exista allí en ese centro de atención un mal trato para las niñas y niños con cáncer que allí están, sino porque esa terrible enfermedad los hace sentirse prisioneros, soportando las radiaciones y demás medicamentos que se les aplican para detener o controlar sus males.
A pesar de los avances de la medicina, todavía el cáncer sigue siendo una enfermedad que nos arranca poco a poco la vida.
Un mal prácticamente incurable que a veces nos despoja de los seres que más amamos.
Una enfermedad que doblega nuestro espíritu y nos hace ver lo vulnerable que somos, los seres humanos.
Por eso siempre hemos aspirado a alcanzar la inmortalidad.
Por eso la extraña petición de aquella niña.
Cuando cientos, miles de niños en sus hogares redactan sus cartitas al gordito simpaticón que en su trineo reparte regalos navideños, esta inocente criatura sólo pedía unas alas.
¡Unas alas para volar!
Pero no como las de Dédalo e Icaro que eran de cera y se derritieron con el sol.
Ella quería unas alas de águila real, fuertes y poderosas.
Esa niña no le pidió muñecas ni otro tipo de juguetes al clásico personaje navideño.
Víctima del terrible cáncer, no podía conformarse con cualquier regalo.
El más preciado, es la libertad.
Libertad para vagar, primero por toda su casa.
Luego por las calles de su barrio o colonia.
Para ir a la escuela.
Enseguida vagar por la ciudad.
Y después por donde le fuera posible.
Como lo hacen las aves que ella mira cruzar raudas y veloces por el cielo.
Unas alas para alcanzar la libertad.
¿Cuántos seres en el mundo anhelamos como esa niña, unas alas para volar?
Pero las alas que ella quiere no son para que la lleven a Dios y así acabar con sus sufrimientos.
Porque ella quiere vivir.
Pero libre de esa terrible enfermedad, que es el cáncer.
Y lo va a lograr si también todos nosotros nos unimos en esa petición que hace para tener sus alas.
Porque esa determinación de alcanzar la libertad, conmoverá sin duda alguna al único médico que, más allá de la medicina, puede salvarla: Dios...”
Feliz Navidad y Próspero Año 2013 para todas y todos y los lectores.
La lectura es vida, lo demás...es lo de menos...hzr@prodigy.net.mx



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