martes, 21 de enero de 2014

Temas y...!Ah lo ironía¡

Los lectores fieles a este espacio, se habrán dado cuenta de que, en ocasiones, se utiliza la ironía, en algunas de las colaboraciones de Temas y sucesos.
El tema viene a colación, porque revisando un diario que se edita en la capital del país, leí que durante su estancia en la pasada Feria Internacional del Libro, celebrada en Guadalajara, Jalisco, el reconocido periodista y escritor Vicente Leñero, dijo que la ironía es la mejor arma que poseen el periodista y el escritor.
“La ironía es la mejor arma del periodista y el escritor, nos reímos un poco de la realidad, de las personas. Un escritor sin ironía se vuelve solemne, pedante; uno se ríe de sí mismo también”, dijo Leñero en su participación en la FIL.
Allí están, para corroborarlo, los ejemplos del enorme Jorge Luis Borges con su Historia universal de la infamia y el gran escritor norteamericano Samuel Langhorne Clemens, mejor conocido como Mark Twain, quien prácticamente en todas sus obras, la más reconocida y aclamada  Las aventuras de Tom Sawyer publicada en 1876, utilizó el recurso de la ironía.
En un ensayo, la argentina Silvia Raguza al abordar el tema de la ironía, escribió lo siguiente: “…Según el diccionario de la lengua española el vocablo ironía es una figura que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice pero también se puede observar como una burla fina y disimulada.
Si nos atenemos a lo dicho por Jaime Rest el término ironía utilizado en literatura se ha prestado a diversas y complejas disposiciones, pero basados en la manifestación de conductas o enunciados que parecen negar o prescindir un manifiesto conocimiento de que en realidad sucede o sucederá lo contrario de lo expresado.
La ironía era un efecto típico de la tragedia griega, en dónde los sucesos narrados eran conocidos por los espectadores e intérpretes, pero pese a esto los personajes se representaban en la ficción escénica como si se desconocieran las consecuencias nefastas de sus actos.
Elizabeth Sánchez Garay sostiene que la ironía se suele confundir con la mentira, el cinismo, la hipocresía o el engaño. Pero el irónico no pretende engañar, sino ser descifrado.”
Un servidor, que el año pasado cumplió 4 décadas de andar lidiando con esto del periodismo, no me asumo todavía como periodista, pues me falta mucho para serlo.
Estoy consciente de ello.
Y mucho menos, me asumiría como escritor.
Pero creo que tiene mucha razón el señor Leñero.
Por cierto, como ya lo mencioné alguna vez en este espacio, no tengo el gusto de conocer personalmente a don Vicente, pero recuerdo que me tocó participar en la labores de impresión del folleto que él redactó sobre  lo que se calificó como el golpe al Excélsior, aquel 8 de Julio de 1976  y que se imprimió en los talleres de El Tiempo de La Paz, periódico ya desaparecido y en el que laboré algún tiempo a mediados de la década de los 70´s.
Tres años después, Leñero escribió una novela con el título, Los Periodistas, en el que cuenta lo sucedido en esos pasajes de la historia del periodismo moderno mexicano en el que el gran protagonista fue el controvertido, admirado y respetado, Julio Scherer García.
Por lo pronto, como dice Vicente Leñero, dejemos que la fantasía y la realidad se mezclen y que la ironía, sea una herramienta que se utilice de vez en cuando para no ser tan solemnes…
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx





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