jueves, 11 de septiembre de 2014

Temas y...los motivadores

Melinda Gates, esposa del empresario norteamericano, Bill Gates, quien se ha disputado en los últimos años con el mexicano Carlos Slim el primer lugar de la lista del ser humano más millonario del mundo, dijo en alguna ocasión al hablar en un foro promovido por la Fundación que preside junto con su esposo, lo siguiente:
“Cuando ves  a gente con tan poca esperanza, se te rompe el corazón. Pero si quieres lograr lo mejor, tienes que ver lo peor”, dijo al hacer referencia a cómo vio morir a una prostituta de sida, en la India.
Aquí retomo un poco lo que decía el psicólogo español Rafael Santandreu en la anterior columna que llevó por título, Los lentes de la felicidad, de que el ser humano tiene que sobreponerse lo más inmediatamente posible a sus propias desgracias.
El ejemplifica que, si en este momento, el gobierno español ordenara por la vía judicial que ya no podrá ejercer jamás su profesión de psicólogo en ese país, su preocupación y su pesar sólo durarían escasa media hora, porque entonces pensaría en que la vida tiene una y mil oportunidades más de poder hacer algo alterno y de esa manera superar el problema.
Eso me recordó lo que dijo aquella joven Lorna, que también fue mencionada en otra columna en este espacio y quien sufrió allá en el Distrito Federal, un lamentable accidente automovilístico que le costó la amputación de su mano izquierda con la que manipulaba las cosas pues es zurda y además, ya no podría ejecutar el violín, instrumento que domina.
“Era día de Navidad, acababa de suceder el accidente en el coche que conducía mi hermano después de salir del antro y nos volcamos. Al despertar de la anestesia y saber que faltaba mi mano izquierda fue terrible, pero luego pensé en que si me lamentaría por el resto de mi vida o superaba ese trauma y opte por esto último y aquí estoy”, dijo Lorna en una entrevista para la TV.
Para que pudiera ejecutar el violín, se le adaptó un dispositivo en el muñón izquierdo y de nuevo ha seguido su tórrido romance con ese instrumento que despierta sentimientos encontrados.
También recordé, a una pequeña empresaria del estado de Guerrero que perdió todo su patrimonio con las inundaciones que dejaron Manuel e Ingrid, aquellos fenómenos meteorológicos que como si anduvieran de luna de miel por el paradisiaco Acapulco, provocaron la irremediable pérdida de vidas humanas y cuantiosos daños materiales.
Al mostrarle a un camarógrafo de una cadena de la TV privada lo que fue su tienda, la señora dijo que todo el patrimonio propio que había logrado a lo largo de su vida productiva, se había derrumbado y quedado en ruinas, pero que a partir de ese momento empezaría de cero y que tenía enorme fe en que lograría rehacerlo de nuevo.
Por ello, cuando nos pasan cosas que nos afligen y que nos colocan en la disyuntiva de ponernos a llorar como plañideras por el resto de nuestros días o enfrentar y tratar de superar nuestra desgracia, acordémonos de estos casos y saquemos de allí, la fuerza mental que requerimos para lograr sobreponernos a nuestros problemas, por más difíciles que estos sean.
Desde luego, no faltará quien diga que de lengua me como un plato y tendrá algo de razón porque en teoría todo es fácil, pero en la práctica, es en donde ponemos a prueba nuestras fortalezas y muchas de las veces, nos derrumbamos.
Eso sí, necesitaremos de una gran dosis de serenidad, paciencia y prudencia y desde luego mucha fuerza de voluntad, para poder lograrlo.
Y como dice Rafael Santandreu, no nos preocupemos en exceso y de forma irracional por cosas que –menos la muerte- tienen solución.
¿O Usted qué piensa?

La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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