jueves, 27 de noviembre de 2014

Temas y...¿el fin de los billetes?

¿Alguna vez ha dispuesto o dispuso usted de algún o algunos cuantos billetes resguardados en la billetera o la bolsa de mano de sus progenitores, o de algún hermano o hermana mayores que usted?
Literalmente podría calificarse esa acción como un robo, pero perteneciendo el dinero al clan familiar, no pasaría de algo indebido, pero nada más.
A mi no se me olvida la vez aquella que sustraje, sin mirarlo, un billete de la caja de madera donde mi padre conservaba los de baja denominación y las monedas de curso legal en aquella época y que en lugar de tener la denominación valorativa de un peso, era de ¡50 pesos!, de esos que en aquella época eran conocidos como “ojo de gringa”, porque eran de color azul.
Para mi infortunio, el billete se me escapó accidentalmente de uno de los bolsillos delanteros de mi pantalón y de ello se dio cuenta un amigo al que acompañaba esa tarde a su oficina de encargado de la pequeña aerolínea que daba servicio de vuelos a la capital del estado y otras poblaciones de mi natal Durango.
Los cinturonazos que me propinó don Leoncio, jamás los he olvidado y de vez en cuando, al salir a flote el tema, lo recuerdo con emoción, y con un poco de dolor, desde luego.
Comento lo anterior porque, a diferencia de aquellos tiempos e incluso más cercanos todavía, está llegando el momento en que prácticamente los billetes y monedas pasarán a la historia.
Es decir eso que llaman el efectivo, tiene sus días contados.
Hay países en los que ya prácticamente no se utilizan y que son los que tienen las tecnologías nuevas más avanzadas, como Japón, por ejemplo.
En el vecino país del norte también es raro ver ya billetes utilizados para la compra de insumos o servicios.
Mi cuñado Miguel, que vive en Tijuana desde hace muchos años, me platicaba que cuando visitaba a un amigo de nacionalidad judía allá por los rumbos de Isla Coronado, en el Condado de San Diego, donde tiene sus residencias de cientos de miles de dólares la profesora Gordillo y también tienen las suyas uno que otro servidor público mexicano, le cobraba un dólar por dejar que el israelita metiera la mano en una de las bolsas del pantalón donde guardaba un buen fajo de dólares de diferente valor y que el judío aquel sentía una especie de éxtasis al tocarlos porque ya no los veía, sólo tarjetas de crédito o cheques nominativos.
Ahora, están de moda las billeteras virtuales y, aun con los problemas que ha registrado últimamente, las transacciones de compra-venta futuras podrían hacerse mediante las bitcoins u alguna otra forma de pago similar.
Eso si, no será fácil que los billetes y monedas dejen de existir de golpe y porrazo.
Mucho de ese tipo de dinero se utiliza para la compra-venta de drogas y, aun cuando la tecnología ya permite utilizar máquinas móviles para el cobro vía Internet, la cosa se ve complicada.
Por cierto se me ocurre que esa podría ser, tal vez, una manera de asfixiar las operaciones del narcotráfico en su modalidad de narcomenudeo.
Aunque ya ve usted, que los habitantes de este país, en eso de inventar maneras de burlar la ley y de salvar obstáculos para alcanzar objetivos, nos pintamos solos.
Finalmente, le diré que en eso del dinero en efectivo y debido a la crisis, desde hace poco más de un año pedí que me elaboraran una billetera muy especial: de cuero de cebolla.
Cada vez que la abro, me dan ganas de llorar, pues como dicen los magos, nada por aquí, nada por allá.

La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario